Nacida el 25 de diciembre, creció en Kyoto. Una dulce y trabajadora joven de 16 años. Cuando empieza la historia Kyoko trabaja en varios sitios para poder afrontar el alquiler de un lujoso piso que comparte con el amor de su vida, Fuwa Shoutaro.

Sho nunca está en casa, solo vuelve al apartamento para recoger ropa limpia de vez en cuando, intentando ser un cantante profesional. Kyoko siempre pone por delante de ella las necesidades de Sho, soportando sus malos humores y siempre intentando animarle.

Cuando Kyoko va al lugar de trabajo de Sho a llevarle unas hamburguesas de uno de sus trabajos, ve como él admite que solo la tiene para que el cocinara y le tuviese la casa limpia. Esto hace que se abra la “caja de pandora” de los sentimientos de Kyoko y salen a la luz la venganza y la ira. En ese momento promete vengarse de Sho, por eso decide entrar en la agencia LME, la rival a la que pertenece él para poder derrotarle.

Kyoko fue criada en una fría y solitaria casa. Sin un padre y con una madre que siempre tuvo un trato indiferente hacia ella. A menudo su madre la dejaba en Ryokan, una posada administrada por los padres de su amigo de la infancia, Shoutaro. Hasta que tiempo después optó por dejarla al cuidado de la familia Fuwa.

Al criarse con la familia de Shoutaro, Kyoko se esforzó arduamente por ser quien los padres de éste esperaban y complacerlos en todo, lo mismo que hizo con Shoutaro de quien se enamoraría con el pasar del tiempo. Por el mismo motivo nunca pudo hacer amistad con otros niños de su vecindario y era frecuentemente rechazada por su entorno.

Kyoko siempre vivió para complacer a los demás. Primero intentó siempre conseguir la mejor nota en sus exámenes en la escuela para complacer a su madre y luego trabajó arduamente desde muy niña para complacer a las personas que se hallaban a su cuidado. A menudo lloraba por la cruel indiferencia de su madre, a quien a pesar de todo su esfuerzo nunca podía complacer.

Sabiendo que cuando lloraba Sho no se sentía bien, ella se iba a un lugar cercano al Ryokan para llorar tranquilamente. Allí fue donde conoció a Corn, a quien llamó el príncipe del país de las hadas. Con su nuevo amigo tuvo un par de encuentros más, hasta que Corn le informó que tenía que irse, sin embargo, antes de hacerlo le dejo una piedra azul en la, según él, podía depositar todos sus pensamientos tristes y transformarlos en unos más felices.

Al crecer, Sho le pregunta a Kyoko si le seguirá a Tokyo donde irá a perseguir sus sueños de entrar en el mundo del espectáculo. Kyoko, enamorada profundamente, lo deja todo, incluso sus estudios para complacer a Sho y se va con él.

Kyoko es una chica amable y trabajadora , que siempre pone a los demás por delante de ella misma. Siempre lo ha hecho todo para complacer a los demás.

Es muy inteligente, a pesar de que es densa e ingenua. Esto se demuestra cuando consigue la mejor nota en el examen de ingreso a secundaria. Cree en las hadas y siempre soñó con casarse con su “príncipe azul” (Sho), antes de que éste le rompiera el corazón.

A los 16 años tenía dos trabajos a la vez para poder apoyar a Sho y afrontar los gastos de ambos. Cuando se dio cuenta de que Sho solo la estaba utilizando como si fuera una sirvienta, sus demonios vengativos se liberaron, abrió la caja de Pandora y liberó toda su ira.

Al abrir la caja de Pandora el cambio más importante en Kyoko es que perdió la capacidad de amar, al ser traicionada por la única persona que desde niña admiró, ella se halla profundamente perturbada. Sin embargo, aún es capaz de creer en la amistad y se encuentra ansiosa cuando Kanae se transforma en su primera y más cercana amiga.

Ella se mantiene firme en su creencia de que el amor es un preludio a la desesperación y el desastre.